El Estado te lo da, y el Estado te lo quita. Lo que separa la libertad de la esclavitud

«Un gobierno que es suficientemente grande para darte todo lo que quieres,
también lo es para quitártelo todo»

Aunque la cita anterior se ha atribuido a diferentes autores, especialmente a Jefferson, en realidad fue pronunciada, irónicamente, por Gerald Ford el 12 de agosto de 1974 ante el Congreso de los Estados Unidos. Siempre he creído que la cita identifica en pocas palabras la diferencia que existe entre el pensamiento colectivista y el puramente libertario. Las ideologías colectivistas (comunismo, socialdemocracia, conservadurismo, fascismo, ecologismo, feminismo…) han convertido al Estado en su Dios atribuyéndole capacidades mágicas. El Estado nos hace vivir mejor, el Estado nos defiende, el Estado nos hace iguales, nos asegura un bienestar y en líneas generales actúa como una aseguradora en todos los aspectos de nuestra vida dándonos seguridad laboral, ciudadana, nacional y calidad de vida . La realidad contradice tal ilusión. El Estado nos ha arrebatado nuestras riquezas, su justicia protege a aquellos contra los que nos tenía que defender y sus promesas de calidad de vida solo se refieren a aquellos miembros que lo componen a costa del ciudadano.

Del gran error de endiosar al Estado y al Gobierno nacen los conflictos. Todo el mundo espera cosas que los políticos nunca podrán dar al hombre, porque el Estado vive de ellos. De su libertad y riqueza. Desde el momento que la razón social de una organización es el monopolio de iure y la fuerza, ésta usará este gran privilegio para sobrevivir a costa de los demás.

El 15M ha realizado un vídeo para calentar las próximas protestas donde cae en el enorme error creer que el Gobierno les escuchará por salir a las calles. Piden un Gobierno Omnipotente benévolo.

¿Confiaría usted sus ahorros a un ladrón? ¿Y por qué le confiamos nuestras rentas al mayor ladrón del globo? La subida de impuestos del Gobierno son latrocinio. ¿Confiaría su vida a un asesino? ¿Y por qué se lo confía al Estado? Ninguna organización mata a más gente en el extranjero que el Estado. ¿Confiaría su seguridad ciudadana a gangster que le extorsiona? ¿Y por qué permitimos el monopolio de la policía? Solo saben aplicar las leyes del propio Gobierno multando y fiscalizando al ciudadano. ¿Dejaría que un estafador gestionase su jubilación, la educación de sus hijos y sanidad? Ya lo ha hecho permitiendo que el Gobierno tome estos sectores. Si el Estado tiene suficiente fuerza como para regalarle salud, educación y pensiones también tiene suficiente fuerza como usar este dinero en sus propios intereses lucrando a grandes empresas, lobbies, ejército y gastos corporativos e individuales. ¿Qué diferencia hay entre el lucro piramidal del Gobierno y de Madoff? Que el primero está legalizado y el segundo proscrito por ser ‘privado’. Ambos son lo mismo por eso, ambos son insostenibles y ambos son inmorales y vulneran la ética del individuo y libertad. Son un robo, un fraude. ¿Dejaría que un estafador cambiara el valor de sus depósitos y dinero aleatoriamente según los intereses egoístas del emisor? ¿Y por qué permite que la moneda esté nacionalizada, el dinero sea como el ‘monopoly’ y permite el ‘curso legal’? ¿Por qué permite que personas irresponsables le endeuden a usted y a sus hijos sin su permiso? Eso es el déficit del Estado y la deuda nacional, autonómica y municipal. ¿Sabe que la deuda per cápita de este país, esto es, lo que usted debe al Estado ahora mismo es de casi 20.000 euros? La deuda per cápita por asalariado es de casi 50.000 euros. La mitad de lo que su empresa le desembolsa por su labor es usurpada mes tras mes por el Estado.

Y es que si el Estado es lo suficientemente grande para darle el Paraíso en la Tierra, también lo será para volver su existencia un infierno. El Gobierno no ilegalizó la competencia por el bien de todos, sino para que no pueda defenderse de sus ataques. Y éste es el auténtico Estado. Cómo dijo Nietzsche, ‘el más frio de los montruos fríos‘:


El 15M nunca llegará a nada porque simplemente propone más de lo mismo y no tiene un objetivo claro, excepto ¡qué el Estado se vuelva bueno y benévolo! El sistema actual de democracia, estado nación y estado del bienestar es indestructible. No se puede cambiar desde dentro. No hay evolución. No puede haberla. Sin embargo el sistema no funciona. Genera más injusticias que soluciones. Genera más pobreza que riqueza. Quema más recursos de los que genera. Y todo ello porque no es un sistema voluntario basado en la libertad individual del libre mercado y paz social. Solo cuando el hombre crea sistemas voluntarios con el resto en multitud de competencia las fuerzas de todos están igualadas. ¿No se la gusta la seguridad social? No puede darse de baja e ir a otra seguridad social. El libre mercado se basa en la competencia. Si su empresa sanitaria no le gusta se da de baja y se va a otra. Pero las empresas sanitarias hoy día viven del dinero del Estado y trabajan, en realidad, para él. Han convertido a los médicos en funcionarios.

Pensar que un sistema con tantos intereses publico-privados y tan enorme puede arreglarse por medio de una transición o evolución es estar totalmente despegado de la realidad. Los que tienen el monopolio de la fuerza nunca renunciarán a ella. Y aquellos que viven de ella, como rentistas estatales, grandes empresas… siempre les darán su apoyo. Todos los cambios de todos los países no van en favor de la libertad individual, solo son parches que siguen permitiendo esta gran oligarquía. Las privatizaciones no son reales, los tratados de libre comercio son mascaradas para encubrir a las grandes empresas, las ayudas al emprendedor solo son subvenciones para ganar votos que nada tienen que ver con la creación de empresa de verdad.

Un puede haber un cambio de sistema sostenible apoyando al sistema, las mentiras de los políticos ni quejándose para que este sea vuelva más grande y ‘bueno’. El injusto y desastroso sistema caerá cuando deje de percibir la ayuda del ciudadano. Todo lo que hace el Estado es injusto e ilegal desde el punto de vista de la ética de la libertad.  Cambiar el sistema es un proceso, como todo, individual, no colectivo. Eso significa dejar de alimentar al monstruo. No financiarle, no apoyando sus mentiras puntuales ni generales. No recibiendo ‘sus favores’ ni ‘regalos’. En definitiva, viviendo de espaldas al Estado. En el momento que esto ocurra, y el sistema solo se puede cambiar así, el ‘más frío de los monstruos fríos’ caerá. No hace falta esperar a ninguna protesta ni manifestación. Hoy puede ser el día del gran cambio.

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