Es Hugo, el perroflauta…

Una persona de confianza me ha contado su su encontronazo con los perroflautas y policía ayer en Barcelona. Voy a intentar explicarlo. La persona en cuestión trabaja en la Universidad de Barcelona, justo donde ayer se produjeron los altercados que han dado la vuelta al país, y al mundo.

Un grupo de gamberros entraron en la universidad jaleando y gritando. A gritos decían que saliera el rector. Estos grupos no deben estar muy bien informados ya que el rector en ese momento estaba en TV3. A muchos kilómetros de la universidad. Algunos okuparon la universidad. Concretamente, en la facultad hay una sala donde están expuestos unos brutales cuadros que el museo de El Prado ha cedido. En la última okupación, estos cuadros fueron dañados por otros —o tal vez los mismos— perroflautas. Los llevaron a El Prado otra vez para restaurarlos, y éste, los volvió a ceder. Ayer, el panorama de la sala era impagable. Bajo los grandes lienzos había tipos fumando porros (¡Dios mio, no se puede fumar en un interior!) y se hacían la comida con hornillos bajo las caras pinturas.

Cuando la persona que me ha contado la historia salió a la calle para dirigirse a su casa, pilló a esta panda de comunistas que la arrastraron como una marabunta. Decía tener miedo. Tipos tapados, con pasamontañas, palos y piedras. En ese momento cargaron los Mossos. Dos de los perroflaurtas llevaban una piedra. Una piedra que a duras penas podían levantar del suelo. ¿Cómo la iban a lanzar? Pues simplemente no pudieron. La inteligencia y estrategia no parece ser un aliado de estos comunistas.

Tiraron piedras a los Mossos, los golpearon, y éstos se abrieron paso a porrazos. Uno de los Mossos dijo a su compañero: «Ahí está Hugo, a por él». Pese a mi poca simpatía por la policía, se ha de reconocer cierto olfato de éstos. El tal «Hugo» iba cubierto con una máscara de V de Vendetta. Lo dejaron hecho un poema. Y tiene su mérito que lo reconocieran llevando una mascara. Es un delincuente conocido por la policía que por lo visto se apunta a cualquier acto delictivo.

No se puede esperar más de un comunista que dañe la propiedad de otro y destroce todo aquello de lo que uno se siente orgulloso de tener o haber conseguido. Lo curioso de este suceso es que las leyes no puedan actuar de forma radical contra gente de esta calaña cuando, además, son conocidos por la policía y habituales de la juerga callejera. Y es que aquello que algunos idolatran como los llamados derechos humanos (que no son más que otro programa del Estado), la democracia, la policía o las leyes, en realidad no sirven para nada.

En muchas ocasiones la gente me dice: «si viviéramos en Anarquía, nadie respetaría las leyes, ni la propiedad privada, ni la seguridad de los demás ni…». Pero la realidad nos muestra que el sistema democrático, y la propias leyes, son un fuerte incentivo para alimentar el comportamiento antisocial y violento. Y es que si viviéramos en un sistema de Anarquía del Libre Mercado, esto es, Anarcocapitalista, la gente podría defenderse de los comunistas que simplemente no son responsables de sus actos ante la policía, el sistema, ni la ley. El libre mercado radical, lo primero que afianza es la seguridad porque es el mayor baluarte de la gente. Aumenta la seguridad privada, miren el caso de Guargon, y da acceso a todos a defenderse por igual. Si algún intruso intenta entrar en su casa o propiedad y usted va armado, simplemente no lo hace, por más comunista y machote que se crea. Incluso si éste va armado, no se arriesga a atacar a una sociedad armada y responsable de sus actos. Todo lo contrario ocurre en democracia, donde nadie es responsable de sus actos y los ciudadanos solo son borregos que dependen de los favores del Estado, especialmente, en el tema de la seguridad.

¿Y qué solución hay a la violencia actual? Ninguna. Los comunistas harán lo mismo una y otra vez sin ningún tipo de responsabilidad. La policía, hará lo justo para no ser arrollada por la prensa y los grandes perdedores serán los comerciantes, transeúntes y ciudadanos en general. El sistema no funciona económica, ni socialmente. Y todo se debe al papel de que ha ganado el Estado, que es incapaz de arreglar nada, sino que más bien tiene una responsabilidad importante en los sucesos, y la irresponsabilidad ciudadana, que actúa como borregos siendo incapaces de defender lo que es suyo. Y si no es así, que se lo pregunten al tal Hugo. Lo verán en la próxima movida violenta de Barcelona.

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10 comentarios para “Es Hugo, el perroflauta…”

  1. En la anterior entrada referida a la actuación policial a Valencia, te quejabas de la misma, a pesar de haber más heridos policías que manifestantes, y estos haber coartado la libertad de los ciudadanos. Ahora da la impresión de que te quejas de que no puedan actuar contra el tal Hugo. ¿Un poco contradictorio, no?

    Un saludo

    • Evidentemente, no has entendido nada. Delincuentes son policías y eso que los medios llaman ahora «antisistema». Es responsabilidad de la sociedad civil arreglar esto, no de ningún criminal estatal o particular.

  2. ¿Y en una situación de anarquía, qué? ¿Las fuerzas de seguridad privadas no iban a cometer excesos?

    Por otra parte, llamar delincuentes a los policias, comparándolos con los antisistema, me parece una animalada. Unos están atentando contra propiedad pública y privada, impidiendo a la gente volver a casa o ir al trabajo. Los otros intentan impedirlo, a veces con éxito y otras sin él, a veces de una manera justa y otras no, pero contando con el apoyo de gran parte de la población. ¿Son iguales?

    • «¿Las fuerzas de seguridad privadas no iban a cometer excesos?» Bueno, la competencia evita esas cosas. Es como el monopolio. Si una empresa tiene el monopolio de ley para vender autos, estos serán los más caros del mundo. La competencia elimina privilegios al oferente. La seguridad no es una excepción. La policía no obedece al ciudadano, sino al político, y este siempre ganar votos por el camino fácil, esto es, mediante la mentira, e impulsando la injusticia que promete combatir.

      No sé de donde sacas que la policía protege la propiedad privada o evita la violencia cuando los sucesos históricos nos dicen lo contrario. Más bien la fomentan.

      Solo haces que enumerar tópicos que no parecen adaptarse muy bien a la realidad.

  3. Vamos a ver, Jorge.

    En todos estos días andas liado con el asunto de la violencia policial como si ésta fuera causa y no consecuencia. Se te dice que qué haría una policía privada en el caso de que una turba de gente pretendiera imponer sus ideas o simplemente obtener ganancia de un saqueo en una propiedad privada. Y tu respuesta es salirte por los cerros de Úbeda.

    ¿Podrías responder que qué haría?

    ¿Quieres decir que el hecho de que exista policía justifica la violencia que estamos viendo? Porque da esa impresión:” No sé de donde sacas que la policía protege la propiedad privada o evita la violencia cuando los sucesos históricos nos dicen lo contrario. Más bien la fomentan.”

    Luego si quieres hablamos de si tu idea de anarquismo liberal sería realizable.

    Mira. Lo primero que tienes que hacer es demostrar que en una sociedad anarquista no habría bandas o grupos de gentes que movidos por la necesidad o por el convencimiento individual en que la forma “justa” de organizar la sociedad en la que se vive sea una u otra se junten y participen de manera “gratuita”, “altruista” o solamente con la intención de apropiarse de los bienes que tienen aquellos que sí se pueden pagar una seguridad privada y que ellos por la necesidad o la avaricia se juntan para lograr sus objetivos ideológicos o económicos.

    No puedes hacer categoría de una situación ideal que no se plantea en términos mínimos de realidad.

    Te lo digo esto porque la historia nos ha dado ejemplos más que suficientes en los que aquellos que sí tenían mejor posición, mas dinero, más poder, y que gozaban de ello frente a otros miembros de su comunidad, de su sociedad, sufrieron las iras de éstos y tuvieron que organizarse o bien para defenderse o bien para estructurar leyes que garantizaran una cierta tranquilidad social. Ocurrió en la Grecia helénica, ocurrió en los albores de la República de Roma.

    Y entonces no habìa….. policía.

  4. miguel.k.reilly marzo 2, 2012 a 11:27

    El mercado jamás se autorregula porque tiende a la acumulación en grupúsculos de la riqueza, y en una situación de libre mercado radical esta acumulación impide la distribución correcta derivada de la justa competencia. Si basas el funcionamiento de un estado anarcocapitalista en el mecanismo de la competencia tu juguete está roto desde el primer momento. Y sin pilas.

    Confiar en que en una sociedad desregulada primaría la justicia y la armonía es de una inocencia pasmosa y simplona. Es una sociedad desregulada el más fuerte (según la situación física o económicamente) marcaría el paso. Sería confiar en la bondad del tirano. La libre competencia ni siquiera funciona donde le corresponde, así que mucho menos fuera de su ámbito.

  5. miguel.k.reilly marzo 2, 2012 a 11:31

    “¿Las fuerzas de seguridad privadas no iban a cometer excesos?” Bueno, la competencia evita esas cosas. Es como el monopolio.

    Define, por favor, el estado o mecanismo que iba a regular la no existencia de monopolios.

  6. Pues no me parece que la competencia fuera a acabar con los excesos de la seguridad privada, yo incluso creo que podría acentuarlos en ocasiones. Pongamos por caso que estamos en una sociedad anarcocapitalista en la que, como no, están privatizadas las calles y carreteras. Un grupo de personas violentas se manifiesta por una de mis calles, fastidiandome los beneficios y destrozando mi propiedad privada. Cuando fuera yo a contratar unas fuerzas de seguridad para que lo eviten, ¿por qué habría de contratar a una empresa en el que fueran respetuosos? ¿Por que no iba a contratar a los más duros? Yo creo que, si fuera posible una sociedad anarcocapitalista, los policías serían mucho más agresivos y peligroso, por que son unos «mandaos», de alguien a quién le afecta directamente.

  7. Evidentemente, Spencer tiene razon. El incentivo de una empresa de seguridad para ser moderada o razonable en sus actuaciones no esta nada claro. Por otra parte, y esto es lo fundamental, los agresores tambien pueden tener su servicio de seguridad, que podria superar en tamano y violencia a cualquier otro.

  8. Lo que no entienden los anarcocapitalistas, es que no puede existir libre mercado sin Estado de derecho que lo sustente y que ambas institucuines son diferentes y no intercambiables. Cuando el Estado usurpa el papel del mercado este se vuelve ineficiente, pero ocurriría lo mismo si es el mercado el que usurpa al Estado de derecho, sería igual de ineficiente. Cuando dos individuos o más concurren en el mercado todos salen beneficiados y por ello lo hacen de forma voluntaria, pero cuando alguien quiere que se respete un derecho que considera violado por otro individuo, ambas partes no concurren al Estado de derecho de forma voluntaria, pues una ha de ganar y la otra perder, por ello se hace necesario un poder coactivo en forma de monopolio que cumpla con la ley que atiende a derecho, sin ese monopolio de poder de coacción que no existe en el anarcocapitalismo el derecho de igualdad ante la ley desaparece. El papel del mercado es la mejor asignación de los recursos que siempre son limitados, la justicia no es un recurso limitado, confundir su coste con la propia justicia es mezclar churas con merinas.