Y el mesías resultó ser un falso profeta

Ayer Artur Mas dijo que “no nos arrepentimos de haber convocado elecciones” pese al revés que sufrió en su aventura electoral. Los políticos de CiU deben los únicos del planeta a los que les satisface perder una parte importante de sus votantes. No es la única cita desafortunada y deja a entrever el tipo de políticos populistas que tenemos en esta tierra. López Tena, del partido SI, afirmó también que o “era la independencia o autodestrucción, y hemos elegido autodestrucción”. Durante toda la campaña electoral catalana hemos estado oyendo barbaridades así cada día, y a pesar de eso, la gente se lanzó a las urnas.

El futuro de Catalunya

No hace falta ser un gran analista político para ver que con dirigente así las cosas no pueden ir muy bien. CiU tendrá que pactar de alguna forma u otra con otros partidos o crear un Gobierno de varios partidos, muy posiblemente con ERC. Éste se distingue por su corporativismo y despilfarro en cosas sumamente improductivas aunque a su juicio, moralmente elevadas. La única ventaja que tenemos es que la Generalitat está arruinada y poca cosa podrán hacer para quemar nuestros impuestos. Parece que va a ser una legislatura imposible y que se va a quedar muy lejos de ser consumada del todo. CiU, posiblemente sacrifique el largo plazo de su partido por el corto plazo, que es lo que ha estado haciendo últimamente y seguirá dando fuerza a su oposición. Si se enroca más en el proceso independentista, el próximo gobierno de la Generalitat será ERC.

¿Qué futuro inmediato espera nos espera a los catalanes con un Gobierno de CiU-ERC? Son partidos sumamente derrochadores e intervencionistas, más preocupados en la exaltación nacional y manipulación de los medios que en ‘arreglar’ la economía del territorio. Eso sí, siempre pueden culpar a Madrid y al mundo de sus fracasos.

De la Democracia a la Oclocracia

Catalunya es una muestra clara (tal vez junto a Argentina) de la corrupción del propio sistema. En las últimas décadas hemos pasado de la democracia a la oclocracia, que según Aristóteles, era el Gobierno de la muchedumbre, el Gobierno que se guía por las emociones y el odio en lugar de por el sentido común y racionalidad. Es decir, lo que ahora llamamos populismo.

Una de las mejores formas de visualizarlo fue con el continuo eslogan de Mas en forma de falacia: «qué el pueblo decida». ¿Decida qué? ¿Lo que los políticos solo nos dejen decidir? Mas pretendía, o pretende aún, anteponer «la soberanía» al proceso legal. Anteponer la muchedumbre a la ley no es democracia, es populismo. La democracia se basa en la ley por encima de las decisiones mayoritarias. Y es que en democracia, la mayoría siempre ha de estar dentro de la ley. Es ciertamente irónico que un defensor del sistema democrático pretenda romperlo para hacer otro a su medida.

Mas no presentó un solo argumento válido para demostrar que la independencia de Catalunya iba a acabar con la crisis. Solo se dedicó a proclamar unos beneficios nacidos del amor a la patria y la irracionalidad. Llegó a afirmar que los catalanes tendríamos menos cáncer o que disminuirían los accidentes de tráfico. Esto es populismo. Y en populismo el líder se vuelve un mesías ya que sus deseos parecen ser parte de la realidad futura aunque la contradigan.

Falso profeta

No existen los mesías. Solo hay falsos profetas en política. Cuando el sistema ha degenerado tanto que se concibe al Estado como el único valedor del bienestar, es que la política y el Pueblo han roto todo contacto con la realidad. Más aún cuando el Estado es focalizado en la figura de una persona, el redentor. Los designios de una sola persona no pueden arreglar una economía ni traer la felicidad a la gente. Simplemente está fuera de sus capacidades y voluntad real. Los falsos profetas usan el discurso emotivo para satisfacer sus logros personales y corporativistas. Aquí entra en juego la Falacia de Hobbes. El filósofo inglés afirmaba que la gente es brutal, por lo tanto ha de haber un líder y sistema político que lo ordene todo. ¿Qué sentido tiene que cojamos a una de esas ‘personas brutales’ hechas de la misma pasta que el resto y le demos el poder absoluto? El desastre. Más aún cuando el proceso para su imposición no es el sentido común ni la racionalidad, sino la exaltación del amor y odio entre ciudadanos para conquistar el Poder. La gente decente no triunfa en política. Es expulsada para dar paso al que empatiza con las emociones y lobbies para conseguir votos y dinero.

Pensábamos que Zapatero iba a llevar a España a la cumbre del mundo, pero su política arruinó al país por debajo de sus socios europeos. Bush hijo tenía que traer la paz mundial mediante ‘la guerra sobre el terror’ y sólo creo un enorme estado policial. Igual que Obama, el único premio Noble de Paz que más gente ha asesinado del planeta y que ha incumplido una tras otra sus promesas siguiendo el legado de Bush tanto a nivel civil como económico (ver mi artículo de 2008 Obama, otro producto milagroso).

Los catalanes no están a favor de la Independencia

¿Y son solo los políticos culpables del desastre? Los políticos son un producto de la gente. Los catalanes no buscan la independencia, sino el paraíso en la tierra y los políticos le han llamado a esto aquí «Independencia», por lo tanto, todos están a favor del paraíso en la tierra, esto es, la independencia. Pero si los políticos hubiesen dicho que el paraíso en la tierra se consigue expulsando a los judíos, nacionalizando empresas o pintando todos los coches de rojo la gente también habría estado de acuerdo. El hombre común está desesperado por un milagro.

Independencia significa todo lo contrario a dependencia. Parece obvio, pero no lo debe ser tanto a raíz de este proceso en el que estamos de democracia a oclocracia. El catalán no quiere ser independiente, todo lo contrario, quiere ser lo más dependiente posible del Estado y el Líder. ¡Un líder fuerte para arreglar la situación! oímos siempre. Eso nos trajo totalitarismos absolutos en Europa y no se solucionó nada, al revés. La independencia significa no tener que depender de otros para conseguir nuestra felicidad, porque de lo contrario, ocurre lo que leemos continuamente en la prensa. Gobiernos que tras alimentar a gente con su limosna arrebata de nuestros propios impuestos queda literalmente en la calle, o una clase media cada vez más débil a causa de las regulaciones e impuestos en aumento continuo.

El proceso de independencia empieza y acaba en uno mismo. Ser independiente significa no depender de ningún tirano civil ni de la producción. Cambiar un Estado mayor por uno más pequeño, pero igual o más controlador e intrusivo, no es aumentar en la independencia de los pueblos ni personas sino hacer a la gente más esclava de la clase política y someterlas más a ellos.

La independencia no viene de falsos profetas, sino del propio Pueblo; y éste se la ha de ganar. Y eso no se soluciona votando en masa, ni creando leyes que obliguen al resto a hacer cosas que no quieren, ni recibiendo limosna de los políticos.

Los acontecimientos nos han dejado en Catalunya un panorama no muy halagüeño. Seguimos con una crisis de caballo muy acusada además en Catalunya. Un Gobierno catalán que es incapaz de hacer nada   de bueno y que tendrá que volver a convocar elecciones en el corto plazo.

Una vez más, ha muerto otro falso profeta. Esperamos que el Pueblo haya tomado nota y que ésta sea la última vez que la gente deposita sus esperanzas en redentores que solo buscan el logro personal para descubrir, por fin, que el único salvador está en cada uno de los ciudadanos y que solo estos a nivel individual pueden cambiar la situación mediante el trabajo personal y el esfuerzo sin tener de depender de ningún demagogo ni visionario.

9 comentarios para “Y el mesías resultó ser un falso profeta”

  1. 2.094.415 de votos a partidos pro-consultas (y de estos 1.735.558 a favor de un nuevo estado) y 1.269.455 a partidos que no, yo no veo fracaso en términos de pais, la otra cosa és CiU en concreto. A mi no me gustan los estados, pero de momento no hay otra cosa. En nombre a la libertad individual o colectiva podríamos hacer dos Catalunyes y todos contentos. Catalunya junto a Argentina? yo añadiria España para ser justos.
    Bon dia.

    • 1.735.558 a favor de un nuevo estado pero que si se les ofrece un pacto fiscal se olvidan deél. El nacionalismo catalán es como el viejo chiste aquel que finaliza con:

      » Lo que usted es ya está claro ahora solo discutimos el precio»

  2. em temo que això passava fa anys, millor sota el pont que aguantar segons que.

  3. A mí lo que me sorprende es que los demás españoles no se hayan hartado ya y no sean ellos los que quieran echar a los nacionalistos del país.

  4. Comparto el analisis en su totalidad. Aunque considero que el asunto de la independencia de Catalunya, -un sueño romántico para muchos aunque irrealizable- es instrumentalizado politicamente por la oligarquía catalana como una forma de presionar a la oligarquía madrileña. Su único objetivo es el pacto fiscal: más dinero y también más competencias para Catalunya. Pero la realidad es que el proyecto independentista no le interesa a la clase dirigente catalana. (están muy cómodos dentro de España) y dicho proyecto tampoco es viable en el marco de la legalidad presente. A lo sumo aspiran a una consulta popular, siempre y cuando se cercioren de que el SÍ tendrá mayoría, pero solo como un instrumento para presionar a Madrid.

  5. No soy catalán, pero completamente a favor de la independencia. Cuanto más Estados existan en Europa, menor será el coste marginal de promover políticas liberales. En ese caso, que se independice Cataluña, que se independice el valle de Arán, cada comunidad autónoma y si es posible, cada isla. Cuanto más diminuto sea cada Estado, mejor. No es casualidad que los Estados más liberales del mundo sean Hong Kong y Singapur,

  6. Creo que el nacionalismo es una ideología profundamente reaccionaria, y que en una gran mayoria de países sólo ha traido guerras y miseria. Es además una ideología colectivista más. Yo creo que los aspirantes a nuevos Milósevic deberían pensárselo antes. El gran problema, aparte de los políticos, es esa cosa llamada «el pueblo». Creo que en la mayoría de las ocasiones, y por desgracia, las masas solamente aspiran a venderse por un plato de lentejas. Solo quieren (por supuesto con todas las excepciones que se quieran) ver tele-basura, mucho fútbol, y por supuesto vivir del sudor ajeno, que el propio es malo y mancha la ropa. Hasta que no nos demos cuenta que el puto Estado no es la solución sino el problema no saldremos del hoyo.

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  1. Del Estado del Bienestar al Esperpento | :: Jorge Valín Weblog :: - diciembre 7, 2012

    […] escribí una nota donde cómo la democracia había degenerado hacía la oclocracia (Y el mesías resultó ser un falso profeta). Este proceso de degeneración no solo ha sido del propio sistema de gestión del Gobierno en sí, […]