Menos mal que la Gripe A es un negocio

José J. Martín escribe en finanzas.com un artículo sobre la Gripe A y las farmacéuticas: «La gripe A, un auténtico negocio para las farmacéuticas mundiales«. No le gusta a Martín que nadie logre beneficios de una pandemia, le parece feo:

«La primera pregunta que se hacen algunos es si es justo que unos pocos ganen tanto por una enfermedad que podría afectar a muchas personas; si es razonable que alguien se beneficie de una pandemia mundial».

«Y es que ambas compañías [Glaxo y Novartis] tienen el encargo de producir unos 170 millones de vacunas cada una. Si éstas funcionan, obtendrán unos ingresos aproximados de 800 millones de euros». Más>>

Las farmacéuticas pueden ser muy criticables. Tienen fuertes barreras de entrada y pueden ser lentas en ciertas cosas. El único responsable son las normas estatales que imponen altos costes, dilatadísimos periodos de trámites burocráticos que duran años, junto a ese invento absurdo llamado patentes. En este caso concreto, el único beneficiado no es Novartis o Glaxo, sino que también sus accionistas (como el autor también menciona) y su cliente. El libre mercado es esto. Un agente económico detecta una carencia en la oferta ante un determinado producto. Se lanza a producirlo, y si tiene el beneplácito del consumidor recibe el premio de su dinero. La competencia, la iniciativa, el ánimo de lucro y esfuerzo favorecen este virtuoso proceso. Gana el oferente, las farmacéuticas en este caso, y gana el cliente, el que recibe la vacuna de la gripe.

¿Dónde está el problema? ¿Que «unos pocos se llevan el dinero»? ni desde el punto de vista económico ni ético, eso tiene sentido. El problema no es ese, sino la falta de competencia que impone el estado con sus mandatos. Martín aboga por socializar más el sistema. El Estado ha de invertir más en este sector porque no es negocio por sí mismo. En la Unión Soviética, todo estaba socializado. No había competencia y el dictador de la producción era el Estado. Convirtieron el sistema de libre empresa en un atajo de funcionarios incapaces de dar soluciones a nada. Martin, sin ser tan radical, aboga por un sistema inspirado en ese sistema socializado: «lo razonable sería que se destinaran más fondos públicos a investigar, incluso a producir esos fármacos que hacen falta». El socialismo precisamente era eso, destinar las formas de capital a la eficiencia y «necesidades reales». El experimento soviético no funcionó muy bien. Olvidó el principal mecanismo por el cual sólo el sistema de libre empresa funciona: destina todos los esfuerzos a las necesidades del cliente. Sustituir al cliente por un dictador de la producción con buenas intenciones, sólo hace degenerar el servicio.

Son las altas barreras y costes que impone el Estado que hacen que una investigación sea tan cara. Después, el Estado lo intenta compensar con las patentes. Eso sólo hace que reforzar el monopolio.

Martín cae en la vieja creencia que el Estado es una ONG que vive de aportaciones altruistas de la comunidad y que su capacidad de divisar las necesidades de los demás es divina. Incluso más, llega a deducir en un proceso curioso que «todos somos accionistas del Estado». No somos sus accionistas, somos los súbditos del Estado. El Estado es la fuerza. Nos usurpa dinero para manejarlo en su beneficio. No le rinde nada usar tal robo en beneficio de la comunidad. ¿Es la justicia española una muestra de buen funcionamiento? ¿La policía tal vez? Sólo sirve para poner multar y crear una psicología de represión sobre el hombre común ¿Lo es la sanidad pública donde el trato, periodos de espera y eficiencia son comparables casi a los de un país tercermundista? ¿Lo es la educación, donde tenemos el dudoso honor de contar con los chicos más tarugos de Europa?

Las subvenciones no han hecho prosperar a ninguna sociedad, la deprimen. Sacar recursos de un lugar para entregarlos al Estado no garantiza, en absoluto, que se vayan a usar correctamente. Nadie controla los medios políticos. El dinero que consiguen es repartido entre amigos, votantes cautivos y lobbies. Menos mal que las enfermedades se pueden convertir en un negocio en lugar de un juego político. Como el sector se adentre más en negro mundo del Estado y político, acabará tan bien como la justicia, seguridad, educación pública…

4 comentarios para “Menos mal que la Gripe A es un negocio”

  1. Buena entrada, como bien has comentado es curioso ver cómo gente que critica la «avaricia» de las formaceuticas, luego defiende las patentes.

    Si no existieran las patentes en ningún campo y por supuesto tantas barreras de entrada, disfrutaríamos de la competencia.

    Mientras tanto, tendremos que leer cosas como ésta, gracias al Estado todo mercado funciona peor y encima la culpa es del mercado, para variar.

  2. A mi la verdad es que me da igual que las farmacéuticas se forren. Me alegro por ellas. Yo con no palmarla me conformo.

    Lo que yo de verdad quisiera es tener alguna información fiable sobre el asunto.

    Si no es más que otra gripe, no se sabe por qué se está montando todo esto. Nadie toma antivirales para una gripe «normal», que yo sepa.

    Si tuviésemos que creer a la Trini (que hay que ser imbécil para eso), la gripe A es una chorrada, de manera que no se entiende tanta preocupación.

    Me pregunto cómo es posible que se tenga una contabilidad tan exacta de los casos de gripe A, si es que de verdad se trata de una gripe normalita,

    Todo esto es muy muy muy raro.

    Claro, que después de acojonar al personal con la gripe del pollo, el SARS y otros virus del fin del mundo, tampoco está claro que esto no sea otra de esas exageraciones que tanto convienen a los gobiernos para tenernos acojonaditos.

    La Trini debería decirnos si tenemos que tomar antivirales para combatir la gripe A, bajo riesgo de cascarla si no lo hacemos. Eso es lo importante, y no que las farmacéuticas se forren todavía más (merecidamente, sin duda).

    También quisiera saber por qué hay que vacunar a niños de menos de 12 años, a profesores (de primaria, me temo) y a obesos, y por qué el resto de la población se tiene que dar por jodida

    Los profesores gordos, ¿recibirán doble dosis?

  3. En el caso de la gripe A. Es un gran negocio público. El primer cliente son los estados que han hecho acopio de las vacunas y trataminentos palativos. Por ejemplo españa 40% y Reino unido > 60% de la población. Estas compras se han realizado con una planificación central de los estados y las empresas estan reaccionado para poder entregar esos productos lo antes posible.

    Si hablas con con alguien de una farmeceutica te informará que les da un poco igual lo que pase con la gripe A… el negocio ya esta hecho y quien paga es el contribuyente.

  4. La economia clasica y neoclasica pregona que el mercado es la mejor opcíon a la asignación de recursos escasos (afirmación de antemano ideolgica); siempre y cuanto este logre desarrollarse en competencia perfecta. En este punto la justificación que les dan a las farmaceuticas o la daitriba que pregonan contra el Estado, carece de fundamentos en este tema en particular. En primer lugar, recordales que las acérrimas defensoras del sistema de patentes actual son las magnificas empresas de farmacos que no permiten que su acaparamiento comercial se vea amenazado (justificado o no) vean por ejemplo los problemas que ha tenido el gobierno de Brasil con las trasnacionales (por ej. http://www.wharton.universia.net/index.cfm?fa=viewArticle&ID=1086).

    En segundo lugar se menciona la merma de la competencia como resultado de los absurdos tramites burocraticos, recordar amigos que esos tramites en muchos casos procurar que ustedes cuando compran un farmaco obtengan los beneficios que la publicidad indica y en segundo lugar trata de evitar que sean victimas de adulteraciones, que en estos productos pueden resultar letales (ver por ej. http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/06/03/nacionales/50343) y les pregunto en el caso del ejemplo que sucito ese modo de actuar, sera que la simple usura o mentalidad mercantilista sin la adecuada supervición puede engendrar la raiz de un espiritu delictivo (mi fin me justifica los medios.

    Muy cierto es que el Estado a fallado, y falla por que la sociedad no ha logrado ser capaz de manejar su libertad, de ser más racional y menos emocional, buena parte de los grandes fallos se da en los ciclos politicos como resultado de la incapacidad individual de pensar más en conjunto y menos en en el yo.